Demian Soria Saavedra [Quetzal], Romina Roselyne Colecio Mora[Quetzal], Luciano Baruc Velarde González[Quetzal]
La luz y la electricidad son fundamentales en la vida moderna, mejorando la calidad de vida al permitir la comunicación, el transporte y el acceso a energía. Sin embargo, el uso excesivo de la luz artificial y la electricidad puede tener efectos negativos en la salud humana, como trastornos del sueño, fatiga ocular y alteración del ritmo circadiano. Además, el exceso de luz artificial contribuye a la contaminación lumínica, que afecta a la biodiversidad al alterar los ecosistemas naturales y los hábitos de animales como aves e insectos. Es crucial utilizar la electricidad de manera responsable, fomentando tecnologías energéticas más limpias y eficientes para mitigar estos impactos negativos en la salud y el medio ambiente.
Light and electricity are fundamental in modern life, enhancing the quality of life by enabling communication, transportation, and access to energy. However, excessive use of artificial light and electricity can have negative effects on human health, such as sleep disorders, eye strain, and disruption of the circadian rhythm. Additionally, the overuse of artificial light contributes to light pollution, which affects biodiversity by disrupting natural ecosystems and the behavior of animals such as birds and insects. It is crucial to use electricity responsibly, promoting cleaner and more efficient energy technologies to mitigate these negative impacts on health and the environment.
Nahuatl.
Tlen tlatepan tlen tlenka quixmatka, nimitstlalia tlen tlatepan tlen kuali ika tlatlakatl tlen tlatepan, ika iuhquin tlen yancuic. Tlenka tlen tlenka tlatepan, tlen kuali tlen nemi, iuhquin tlen tlakatl tlen nemej. Tlen ka nemi, tlatskayotl, tequiti tlen nemej iuhquin tlen kikitla.
Español.
El origen de la luz explora cómo la luz se genera y se desplaza a través del espacio. Se aborda su rol fundamental en la naturaleza, su interacción con la materia y su impacto en la vida cotidiana, desde la ciencia hasta sus efectos ambientales.
El origen de la luz es un tema fundamental en la física y la cosmología, que abarca tanto su creación como su propagación a través del espacio. Desde la antigüedad, el ser humano ha intentado entender la naturaleza de la luz, un fenómeno que tiene un impacto profundo en todos los aspectos de la vida cotidiana. La luz no solo es esencial para la vida en la Tierra, sino que también juega un papel clave en la comprensión del universo. En esta exposición, exploraremos cómo se origina la luz la tecnología y el medio ambiente. Además, se discutirá la evolución de las teorías científicas que han permitido desentrañar los misterios de este fenómeno tan fundamental.
Todos damos por hecho el tener luz en nuestros hogares, sin embargo, muchos desconocemos cómo es el proceso para que la luz llegue a cada una de nuestras casas, es por eso que queremos saber sobre este proceso y darlo a conocer a nuestra comunidad.
La luz es la energía más importante que tenemos en nuestras vidas, usándola entre otras cosas para hacer funcionar los aparatos que necesitamos en nuestro día a día. Pero, ¿sabes cómo se produce y cómo llega la electricidad hasta nuestras casas?
Seguro que alguna vez nos hemos preguntado cómo llega la electricidad a nuestra casa o a nuestro lugar de trabajo y sentimos curiosidad por saber cuál es el recorrido que realiza para que cuando pulsamos el interruptor tengamos luz inmediatamente.
Si conocemos todo el proceso para que la luz llegue a nuestras casas entonces trataremos de ser más cuidadosos con su uso y comprenderemos la importancia de pagar el servicio.
Conocer cómo es que la luz eléctrica llega a nuestros hogares o lugares de trabajo.
Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna.
El fenómeno de la electricidad se ha estudiado desde la antigüedad, pero su estudio científico comenzó en los siglos XVII y XVIII. A finales del siglo XIX, los ingenieros lograron aprovecharla para uso doméstico e industrial. La rápida expansión de la tecnología eléctrica la convirtió en la columna vertebral de la sociedad industrial moderna.
Mucho antes de que existiera algún conocimiento sobre la electricidad, la humanidad era consciente de las descargas eléctricas producidas por peces eléctricos. Textos del Antiguo Egipto que datan del 2750 a. C. se referían a estos peces como «los tronadores del Nilo», descritos como los protectores de los otros peces. Posteriormente, los peces eléctricos también fueron descritos por los romanos, griegos, árabes, naturalistas y físicos. Autores antiguos como Plinio el Viejo o Escribonio Largo, describieron el efecto adormecedor de las descargas eléctricas producidas por peces eléctricos y rayas eléctricas. Además, sabían que estas descargas podían transmitirse por materias conductoras. Los pacientes de enfermedades como la gota y el dolor de cabeza se trataban con peces eléctricos, con la esperanza de que la descarga pudiera curarlos. La primera aproximación al estudio del rayo y a su relación con la electricidad se atribuye a los árabes, que antes del siglo XV tenían una palabra para rayo (raad) aplicado a la raya eléctrica.
En culturas antiguas del Mediterráneo se sabía que al frotar ciertos objetos, como una barra de ámbar, con lana o piel, se obtenían pequeñas cargas (efecto triboeléctrico) que atraían pequeños objetos, y frotando mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa. Cerca de la antigua ciudad griega de Magnesia se encontraban las denominadas piedras de Magnesia, que incluían magnetita y los antiguos griegos observaron que los trozos de este material se atraían entre sí, y también a pequeños objetos de hierro. Las palabras magneto (equivalente en español a imán) y magnetismo derivan de ese topónimo. Hacia el año 600 a. C., el filósofo griego Tales de Mileto hizo una serie de observaciones sobre electricidad estática. Concluyó que la fricción dotaba de magnetismo al ámbar, al contrario que minerales como la magnetita, que no necesitaban frotarse. Tales se equivocó al creer que esta atracción la producía un campo magnético, aunque más tarde la ciencia probaría la relación entre el magnetismo y la electricidad. Según una teoría controvertida, los partos podrían haber conocido la electrodeposición, basándose en el descubrimiento en 1936 de la batería de Bagdad, similar a una celda voltaica, aunque es dudoso que el artefacto fuera de naturaleza eléctrica.
Las primeras aportaciones que pueden entenderse como aproximaciones sucesivas al fenómeno eléctrico fueron realizadas por William Gilbert que realizó un estudio cuidadoso de electricidad y magnetismo. Diferenció el efecto producido por trozos de magnetita, de la electricidad estática producida al frotar ámbar. Además, acuñó el término neolatino electricus (que, a su vez, proviene de ήλεκτρον [elektron], la palabra griega para ámbar) para referirse a la propiedad de atraer pequeños objetos después de haberlos frotado. Esto originó los términos eléctrico y electricidad, que aparecen por vez primera en 1646 en la publicación Pseudodoxia Epidemica de Thomas Browne.
Existen varias teorías complejas sobre la historia de la electricidad y cómo se originó su uso. No obstante, el uso moderno que se le da hoy en día a la electricidad es la unión de diferentes investigaciones.
Los primeros datos recogidos sobre la electricidad estática fueron analizados por Girolamo Cardano, quien involucró las fuerzas eléctricas y magnéticas en su trabajo De Subtilitate, ya en 1550. Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando se desarrolló el primer condensador, la botella de Leyden, creada por los científicos Ewald Georg Von Kleist y Pieter Van Musschenbroek.
Posteriormente, Benjamín Franklin acopló todas estas investigaciones a su experimento sobre el vuelo de la cometa en 1752. El científico enlazó una llave a la cuerda de una cometa, y la hizo volar durante una tormenta eléctrica. La electricidad transitó por la llave y provoco un choque de luz, demostrando así que la electricidad estática y la iluminación eran lo mismo y, por ende, los rayos eran una forma de electricidad. Franklin continuó investigando hasta llegar a conclusiones hasta entonces inimaginables sobre las cargas positivas y negativas.
La historia de la electricidad siguió progresando hasta llegar a Nikola Tesla, Thomas Edison y Alexander Graham Bell, quienes desarrollaron diferentes investigaciones en relación a ésta. Entre ellos destaca la creación del motor de inducción, la bombilla, la distribución de la energía, la primera locomotora eléctrica, el telégrafo, el teléfono, y por último, la industria telefónica.
Más que preguntar quién inventó la electricidad, lo correcto sería saber quiénes la descubrieron. Porque en realidad la electricidad no se inventó, más bien se descubrió, puesto que es un conjunto de fenómenos físicos. Aunque, el uso de la electricidad tal y como se conoce en la actualidad es el resultado de muchas investigaciones y años de desarrollo, el invento se le atribuye a Thomas Edison (1879), puesto que consiguió iluminar una bombilla incandescente con energía. Edison no descubrió la electricidad como tal, sino que se basó en investigadores anteriores, como, por ejemplo, la pila voltaica de Alessandro Volta (1800).
Sin embargo, Edison sí fue el primero en generar luz eléctrica de forma duradera y segura. Consiguió pasar corriente eléctrica de alta durabilidad por un filamento de carbono incandescente. Este filamento se encontraba dentro de una campana de cristal, la cual extendía la iluminación de forma eficiente, logrando así iluminar calles y viviendas.
Ahora que se ha estado hablando sobre todas las implicaciones que tiene el uso de energías limpias, vale la pena recordar cómo es que la electricidad llegó a México, cuando en todo el mundo se hacían los pininos para extender su uso y aprovechamiento.
Fue en el último cuarto del siglo XIX, cuando se realizó en la Ciudad de México el primer ensayo con energía eléctrica, un 16 de septiembre de 1881. Ese día, “doce robustas y elevadas columnas de madera”, con focos eléctricos, iluminaron lo que hoy sería Avenida Juárez, desde su arranque en Reforma y hasta Madero. Dos años después, en 1883, se construyó una nueva “torre de hierro” que se colocó cerca de la estatua de Colón y que alumbraba el Paseo de la Reforma. En estos primeros años de servicio eléctrico circuló la creencia de que cuanta más alta fuera la columna, más espacio podría iluminar el foco, de tal suerte que unos cuantos alumbrarían toda la ciudad.
Experimentar con la electricidad se convertiría en aquel fin de siglo en un ejercicio común entre los científicos de todo el mundo, interesados en descubrir y ampliar las aplicaciones de ese “fluido mágico” que hacía maravillas. Y la Ciudad de México se iba colocando a la vanguardia en cuanto al alumbrado público, ya que aquí se llevaban a cabo ensayos de manera paralela a los que se realizaban en Europa.
Mientras esto se hacía, la tecnología también se perfeccionaba con los descubrimientos que se iban alcanzando. Tomás Alva Edison, por ejemplo, inventaría el foco eléctrico en 1878 bajo el esquema de la subdivisión de la luz, con lo cual se abriría una infinidad de posibilidades para el alumbrado. Una de ellas, poder colocar una especie de series de focos para iluminar las ciudades con un resplandor más discreto que el que proporcionaban las lámparas de arco, que eran como reflectores que podían molestar a la vista. Las nuevas instalaciones daban una impresión de modernidad con mayor alumbrado.
Conforme pasaron los años, esta manifestación del progreso iría ampliando su presencia por la ciudad. En 1887, por ejemplo, la compañía Aguirre Hermanos, una de las empresas que competía para proveer el servicio de luz, solicitó al Ayuntamiento autorización para establecer alumbrado eléctrico incandescente en establecimientos privados, para “comodidad y bienestar” de los habitantes de la capital. “La mejora de que se trata ―argumentaba la empresa― está ya planteada como una de las más bellas e importantes en las ciudades de Europa y de los Estados Unidos.”
Evidentemente hubo muchos tropiezos en el camino, sin embargo, la década de 1890 representó, en los hechos, la consolidación de la política porfirista y del desarrollo económico. Grandes inversiones llegaron al país, reflejadas en magníficas obras de infraestructura como el ferrocarril y la electrificación. Impulsarlas fue una decisión de Estado que “representaba” el rumbo del progreso, y México pretendía llegar a ser un país moderno en el que tuvieran cabida todos los avances tecnológicos y científicos.
Fue así que, en esa última década del siglo XIX, la energía eléctrica amplió sus aplicaciones y empezó a utilizarse para alumbrar espacios interiores como teatros, comercios y casas particulares. Todo esto implicaba, obviamente, la construcción e instalación de un sistema eléctrico que fue dejando huella en la ciudad.
Gracias a este esfuerzo, la nueva iluminación se afianzó en las calles de la capital, apostando el gobierno por su total electrificación en 1896. Para ello, abrió un concurso público para la extensión del servicio, mismo que ganaría la empresa alemana Siemens y Halske, que obtuvo la concesión para proveer de electricidad a toda la ciudad de México.
Con ello, para 1900, la vieja historia del México en tinieblas o iluminado con antorchas y lámparas de aceite, petróleo o gas, formaría parte del pasado. El nuevo siglo arrancaba con el alarde de que todo el alumbrado público que ostentaba el país en el momento de la independencia, casi cien años antes, estaba contenido en uno solo de los muchos focos que iluminaban la capital. La intensidad luminaria se medía en bujías, y en los inicios del siglo XIX sólo dos mil bujías daban luz, mientras que finalizaba con casi un millón y medio. Había pues muchos progresos que presumir en materia de electrificación del alumbrado público, y así lo demostraban las constantes noticias que daban cuenta de la instalación de focos aquí y allá en toda la ciudad. La vida de los capitalinos se hizo entonces mucho más segura y se ampliaron las horas de socialización y trabajo.
Además, a partir de entonces la capital pudo celebrar sus fiestas patrias y religiosas con la presencia de cientos de focos que le dieron una nueva dimensión a los festejos y otra cara a la ciudad. La electrificación, tan importante para la segunda Revolución Industrial, había llegado al país y con ella la posibilidad de impulsar un país progresista y pujante. México se colocaba a principios del siglo XX a la altura de las naciones más civilizadas del mundo. Al menos algunos podían presumir de vivir y gozar de estos beneficios.
Visitamos el UNIVERSUM en ciudad universitario, en donde acudí a una obra de teatro titulada “Nicolas Tesla el hijo de la luz”, en esta obra aprendí porque Nicolas Tesla es uno de los precursores en la creación de la luz, como se genera la luz a partir de su descubrimiento de la corriente alterna para que ahora podamos tener luz en nuestras casas.
Foto: Foto con los actores de la obra de teatro “Nicolas Tesla el hijo de la luz” en CU, UNIVERSUM.
Posteriormente fui al Universum al área del muro de física en donde pude realizar muchos experimentos respecto a generar luz, como por ejemplo la máquina que genera electricidad a través de la centrifuga que uno mismo pone a funcionar.
Foto: Maquina centrifuga manual que genera chispas, con su explicación.
En otra mesa encontré como se genera energía a través del impulso que yo le di para que una canica pudiera recorrer un circuito; así como también como un campo magnético puede mover cosas de metal, como por ejemplo las agujas de las brújulas.
Por último, se realizó una maqueta en donde los materiales que se utilizaron fueron:
Después arme una maqueta para que pudiéramos explicar cómo se genera la luz hasta llegar a nuestros hogares.
La luz tiene un comportamiento dual, demostrado en múltiples experimentos.
Sus propiedades permiten aplicaciones como es la generación de energía.
En conclusión, el viaje de la luz es un fenómeno fascinante que involucra la propagación en línea recta, cambios de dirección y la interacción con diferentes medios, además de ser fundamental para muchos procesos naturales y tecnológicos.
La luz es súper importante porque sin ella no podríamos ver, no habría colores y las plantas no podrían crecer.