Dominic Adalid Gómez Ruiz [2 capullo], Magnus Amir González García [2 capullo], Luis Enrique Ovando Prado [2 capullo], Erika Katherine Sanchez Arias [2 capullo], Frida Alexa Sanchez Maya [2 capullo]
El Huerto escolar es un espacio destinado para cultivar hortalizas, granos básicos, frutas, verduras, plantas medicinales, hierbas comestibles y ornamentales con el fin de generar y consumir nuestros propios alimentos y con ello generar una alimentación más sana y de calidad. Además de los beneficios en la alimentación el Huerto escolar es un proyecto en el que se desarrollan procesos de aprendizaje esenciales en el desarrollo de nuestros alumnos como por ejemplo la lateralidad, orientación espacio-temporal, motricidad fina, la exploración con los sentidos, plantearse preguntas, desarrollar estrategias de investigación y realizar observaciones de seres vivos. Con la implementación de este proyecto a nivel institucional reafirmamos nuestro compromiso por contribuir al desarrollo sostenible y la transformación de nuestro mundo al brindar una educación de calidad que a la par busca fomentar en nuestros alumnos la investigación científica desarrollando habilidades como la observación, el análisis, la evaluación y la resolución de problemas de su entorno. Estimados padres de familia, se ha generado este formato para que conozcan y se involucren en el proceso de desarrollo del proyecto, es de suma importancia involucrar a su hijo(a) en este proyecto, tomando en cuenta los intereses y gustos de sus pequeños y de esa forma puedan mostrar entusiasmo e interés al momento de presentar su exposición.
Con el siguiente proyecto se busca que los niños desde edad temprana tomen conciencia de los seres vivos y el cuidado del medio ambiente, ya que en ocasiones no logran sensibilizarse con respecto al medio natural que los rodea, así mismo se busca que conozcan sobre el ciclo de vida de las plantas (se siembran, se cosecha, se vuelve sustentable) y su evolución de acuerdo con los cuidados adecuados.
Antecedentes
En la historia de nuestras culturas la Agricultura Urbana ha ido perdido importancia o ha sido relegada conforme al avance del desarrollo urbano e industrial, acentuándose la separación entre campo y ciudad. En muchas ciudades de Europa y Asia esta agricultura urbana se mantuvo como una práctica importante debido a que, durante las guerras, sembrar en casa era una necesidad y estrategia de sobrevivencia ante la incertidumbre en el abasto de alimentos
Actualmente la agricultura urbana está recobrando importancia debido a que constituye un verdadero potencial para la seguridad alimentaria de las ciudades donde cada vez es más costoso el traslado de alimentos perecederos, en buen estado y a precios accesibles, a zonas alejadas del lugar de producción.
Cuando hablamos de agricultura urbana nos referimos a producir o transformar en forma inocua, productos agrícolas (hortalizas, frutales, plantas medicinales, ornamentales, etc.) y pecuarios (animales menores) para autoconsumo, aprovechando eficiente y sosteniblemente recursos e insumos locales (suelo, agua, residuos).
Los huertos urbanos, escolares o caseros, se pueden sembrar dentro de cualquier contenedor que permita el libre crecimiento de las raíces, que tenga buen drenaje y no haya sido utilizado como recipiente para sustancias tóxicas.
El sembrar en la escuela y/o casa, más que un conjunto de técnicas, constituye una filosofía y una forma de vida, respetuosa de la naturaleza y de la salud familiar.
Es en la segunda mitad del siglo XIX donde aparecen las primeras referencias de huertos urbanos. Se trata de una época llena de cambios (Revolución industrial, locomotora, éxodo rural…) en la que las ciudades se llenan de campesinos, generando una clase obrera en un entorno de pobreza. En este momento el gobierno y la Iglesia les ceden espacios, llamados “huertos de los pobres” para que puedan cultivar sus alimentos para paliar un poco su situación económica.
En la primera mitad del siglo XX, volvieron a proliferar los huertos urbanos, sobre todo en la época de las grandes guerras, pues se consideraba indispensable asegurar alimento y no depender de las importaciones. Se llamaban “Victory gardens” o “War gardens”. En EE UU, Reino Unido y Alemania se usaron todo tipo de terrenos para poner en marcha estos huertos, desde jardines y parques, hasta campos de fútbol; haciendo propaganda y campañas (“Dig for Victory”) para concienciar a la población que cultivaban sus alimentos.
A partir de los años 60 y 70, vuelven a resurgir los huertos urbanos, pero la razón no es tanto la necesidad de alimentos, sino la necesidad de responder al sistema. Surgen a partir de movimientos ecologistas que buscan una forma de autogestión, la integración de grupos sociales excluidos y el desarrollo de comunidades. Es en EE.UU donde emergen con más fuerza a partir del grupo ecologista Green Guerrillas, que ocupaba solares para aprovecharlos como huertos.
Al igual que en el resto de Europa, en España también surgieron huertos urbanos como respuesta a situaciones de precariedad. Pero fue a partir de mediados de los años 50, cuando se produce una gran migración hacia las ciudades industriales, haciendo que en ciudades como Madrid o Barcelona surgieran pequeñas huertas en la periferia.
Durante estos años, el INC (Instituto Nacional de Colonización) trató de incentivar a los Ayuntamientos para poner a disposición de las familias del municipio terrenos donde cultivar y así crear “hueros familiares”, pero no tuvo mucho éxito.
Un dato curioso es que en los años 40 el 70% de la población española se dedicaba a la agricultura, mientras que en el año 2000 sólo el 7%.
A partir de los años 90 es cuando se comienza desde la administración pública a regular y fomentar el uso de terrenos municipales para la creación de huertos urbanos.
En un principio eran solo asociaciones y colectivos quienes aprovechaban estos espacios, pero son cada vez más las familias que van a disfrutar de estos espacios. Sobre todo, porque muchas personas que viven en ciudades sienten la necesidad de tener un pequeño contacto con la naturaleza.
Los huertos urbanos surgen en el contexto de la primera guerra mundial como un apoyo a la economía de guerra y, a su vez, para la subsistencia de la población que enfrentaba los procesos ligados a ella en el Reino Unido. Con su popularización, los llamados “huertos para pobres”, fueron fomentados por particulares y utilizados como aparatos para controlar los hábitos de vida y la moral de los y las trabajadoras (obreras/obreros), alejándose de prácticas de autonomía económica.
Desarrollándose en ámbitos rurales, los huertos urbanos comenzaron a migrar hacia las ciudades a la vez que las tierras se convertían en grandes urbes y el aprovechamiento de las pocas áreas verdes se volvió un tema esencial. Así surge la idea del huerto urbano como una herramienta de apoyo comunitario y sensibilización, sobre todo en las zonas más pobres.
Este sistema llegó a México en un contexto menos hostil; la agricultura urbana ya era un concepto conocido: la chinampa. En un territorio cubierto de agua, el pueblo mesoamericano desarrolló un sistema de “balsas” hechas de troncos y varas cubiertas con tierra. En estas se cultivaban flores y verduras que, además, permitió la expansión territorial en ríos y pantanos.
La zanahoria es originaria de Afganistán debido a la diversidad de formas silvestres que se encuentran en ese país. En su origen, la zanahoria era de raíz blanca como su pariente salvaje, fue cultivada y consumida desde la antigüedad por griegos y romanos, los árabes la llevaron a España, desde donde fue introducida al resto de Europa. En la Edad Media los monjes la cultivaban en los monasterios para uso farmacéutico puesto que entonces la textura era todavía leñosa, lo cual la hacía difícilmente comestible.
Tendrían que pasar más de cien años para que el cultivo tomara cierta importancia. Durante estos años se cultivaban variedades de color morada, blanca y amarilla, sin embargo, no fue hasta el siglo XVII cuando los horticultores holandeses produjeron una zanahoria anaranjada (precursora de nuestras variedades actuales) que contenía gran cantidad de caroteno y además retenía su color durante la cocción. El principal país productor del mundo es China, seguido por Estados Unidos.
3.4 Siembra
Una vez elegidas las semillas procederemos a sembrarla, puedes hacerlo de dos formas:
Siembra directa: Colocar las semillas en un contenedor (bolsa, cama de cultivo u otro) con sustrato previamente humedecido, esparciéndose de manera uniforme (como si espolvorearas las semillas en el sustrato), después se deben cubrir con un poco más de sustrato.
Siembra indirecta: Se utilizará una charola germinadora, la cual tendrá como sustrato:
Perlita o Vermiculita con Peat moss o Fibra de Coco especial para germinación, (50-50%) colocando una o dos semillas por cada orificio de la charola.
Puedes colocar el contenedor o la charola en un lugar oscuro para estimular la germinación.
Se riegan únicamente con agua, por medio de un aspersor o atomizador, procurando mantener el sustrato siempre húmedo.
3.5 Germinación
La semilla germinará por lo general en una semana dependiendo de la variedad y las condiciones ambientales, puedes ver emerger tus plantas entre los primeros 7 o 10 días.
Lo primero que verás será un par de cotiledones, los cuales alimentarán a la plántula unos días, después saldrán sus hojas verdaderas, en esta etapa podrás empezar a colocarles solución nutritiva a tus plántulas; agregarás primero un tercio de la cantidad recomendada y poco a poco aumentarás la dosis
Una vez que salen las primeras plántulas se debe colocar en un lugar con luz solar pero donde no le den directamente los rayos del sol en las horas más intensas (a medio día). La luz del sol de la mañana o de la tarde son las adecuadas.
3.6 Riego
Se recomienda el riego por goteo por medio de cintilla o el riego por goteo localizado, aproximadamente cada planta debe recibir 450 mililitros de solución al día o cada tercer día, pero este dato depende del clima, tipo de sustrato, la temporada, entre otros factores, por lo que el riego lo debes adecuar tú, sólo asegúrate de tener el sustrato húmedo, no inundado ni muy seco.
Por ejemplo; en épocas de calor puedes complementar los riegos de solución con riegos por aspersión con agua o diluir tu solución un 50% para aumentar tus riegos en las horas de más calor, realizando un riego por la mañana y otro por la tarde.
3.7 Cosecha
Para realizar una buena cosecha, se recomienda que, faltando cerca de 3 días para llevarla a cabo, se riegue y así facilitar su arranque tanto manual como con máquina. Cabe mencionar que las zanahorias son cosechadas en estado inmaduro, es decir cuando la raíz ha llenado la punta y tienen un adelgazamiento uniforme, esto se sabe cuándo han pasado de 90 a 120 días después de la siembra (el periodo entre siembra y recolección cambia según las variedades, el uso final del producto y la época del año, siendo en general un intervalo de 3 a 7 meses) o cuando hayan alcanzado un mínimo de 2.5 centímetros de diámetro y 14 centímetros de largo (la longitud y diámetro puede utilizarse como índice de madurez). En el caso de variedades baby está lista para comenzar a cosechar en 65 a 70 días cuando las raíces tienen de 3 a 4 pulgadas (7 o 10cm) de largo y ½ a 1 ½ pulgadas (1.5 a 3.0 cm) de diámetro.
En la etapa culminante del cultivo, si se cosecha pasado su punto ideal, esta comienza a envejecer y se pone leñosa, especialmente su corazón, o bien se pueden producir rajaduras en, haciéndolas incomerciables con las pérdidas económicas que esto significa. Otro factor que se presenta al no cosechar oportunamente es que se suben emitiendo su tallo floral.
Conocer los beneficios de un huerto escolar con el cultivo de zanahoria.
El desarrollo de huerto escolar nos permitirá autonomía de los alumnos propiciando que ellos mismos tengan la oportunidad de generar algunos alimentos teniendo la experiencia de conocer el proceso de germinación, crecimiento y cosecha entendiendo que algunos de los alimentos tienen tiempos y procedimientos diferentes.
Si logramos reconocer las condiciones y elementos que se necesitan para iniciar un huerto escolar entonces tendremos hortalizas durante el ciclo escolar
7.1 Materiales para armado de huerto
7.2 Procedimiento para armado de huerto
1.-Colocar al cajón de madera 1 bolsa negra y colocar grapas alrededor de la caja para sostenerla
2.-Llenar el cajón de madera con la tierra negra y la tierra compuesta a partes iguales
3.-Con ayuda de una palita mezclar la tierra
4.-Con ayuda de un palito de madera hacer surcos en la tierra a lo largo de nuestro cajón de madera dejando
5.-Colocar 2 o 3 semillas de rábano dentro de los surcos, colocando las semillas con una distancia de 3cm entre cada conjunto de semillas
6.-Cerrar el surco colocando más tierra sobre las semillas
7.-Regar con abundante agua
8.- Colocar un “banderín” con el nombre de la semilla que se está cultivando
Materiales para repelente orgánico
Procedimiento para elaboración
Materiales trampa orgánica
1.-Recipientes pequeños
2.-Refresco cítricos
Elaboración trampa orgánica
1.-Colocar el refresco en diferentes recipientes pequeños
2.-Hacer varios surcos o agujeros en la tierra de los cultivos
3.-Enterrar los recipientes en los surcos dejando el recipiente al ras de la tierra
Se obtuvo un cajón de madera con las Se obtuvo un cajón de madera con las siguientes medidas Ancho: 98cm / Largo: 192cm / Alto: 34cm, donde se obtuvo una cosecha de 2 kilos 400 gramos divididos en 4 surcos de zanahoria, las cuales tienen una medida de aproximadamente 4 cm de largo por 1 cm de diámetro, con un color naranja característico de las zanahorias con un sabor dulce.
En la primera cosecha tuvimos plaga de babosas y caracolas por lo que no eran aptas para consumo humano y no se logró realizar una buena producción, para nuestra segunda siembra colocamos nuestra trampa y repelente orgánico que nos ayudó a obtener una cosecha más saludable.
Conclusiones
Se cumplió el objetivo obteniendo lo siguiente: