Atziry Montiel, Paola Berzunza [Asesor]
El jabón de avena y miel ejerce un efecto limpiador sobre la piel, dejándola suave, hidratada y nutrida.
Durante la investigación se encontró que la avena, así como la miel natural contienen nutrientes que son beneficiosos para la piel. De hecho, algunos estudios científicos avalan sus propiedades.
Los copos de avena se han empleado en la industria cosmética como uno de los mejores complementos para proteger la piel contra las agresiones que sufre en el ambiente. Tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, además ayuda a combatir infecciones virales.
La avena ejerce un efecto limpiador que mantiene la hidratación y la suavidad de la piel. Por su parte la miel aporta propiedades antibióticas y antiinflamatorias.
El resultado de la mezcla de estos ingredientes le brindará luminosidad, reactivará la renovación celular y limpia los poros de la piel
Para aprovechar los beneficios de la avena y la miel para la piel, se combinaron estos dos grandes ingredientes para elaborar un jabón artesanal y para llevar a cabo la limpieza profunda de nuestra piel.
El jabón casero de avena y miel es un producto natural que nos ayuda a hidratar la piel gracias a su fórmula y por el uso de ingredientes 100 % naturales.
Durante la elaboración el aroma es agradable, pero los beneficios fueron mucho mejor al aplicarlo ya que siempre los productos naturales serán lo mejor para cuidar tu piel, porque no contienen aditivos químicos o productos que puedan resultar tóxicos o irritantes.
La elaboración de este jabón casero logro darnos buenos resultados para complementar la rutina de belleza. Es suave, y contribuye a hidratar gracias a las propiedades de sus ingredientes.
Oatmeal and honey soap has a cleansing effect on the skin, leaving it soft, hydrated, and nourished.
Research has found that oats, as well as natural honey, contain nutrients that are beneficial for the skin. In fact, some scientific studies support its properties.
Oat flakes have been used in the cosmetics industry as one of the best supplements to protect the skin from environmental damage. It has antioxidant and anti-inflammatory properties and also helps fight viral infections.
Oats have a cleansing effect that maintains skin’s hydration and softness. Honey, for its part, provides antibiotic and anti-inflammatory properties.
The combination of these ingredients will provide radiance, reactivate cell renewal, and cleanse the skin’s pores.
To take advantage of the benefits of oats and honey for the skin, these two great ingredients were combined to create a handmade soap and perform a deep cleansing of our skin.
Homemade oatmeal and honey soap is a natural product that helps moisturize your skin thanks to its formula and the use of 100% natural ingredients.
The aroma is pleasant during preparation, but the benefits were even greater upon application. Natural products are always the best for your skin, as they don’t contain chemical additives or products that can be toxic or irritating. Homemade oatmeal and honey soap is a natural product that helps moisturize your skin thanks to its formula and the use of 100% natural ingredients.
During preparation, the aroma is pleasant, but the benefits were even greater upon application, as natural products are always the best for skin care, as they do not contain chemical additives or products that can be toxic or irritating.
Making this homemade soap gave us great results to complement our beauty routine. It is gentle and helps moisturize thanks to the properties of its ingredients.
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Si tienes la piel cansada, o deshidratada, no desesperes porque el jabón de avena y miel es lo que necesitas. Con el jabón casero de ingredientes naturales no sólo calmarás la piel, sino que además suavizarás y tendrás luminosidad. El jabón de avena y miel está formado por unos ingredientes naturales, y en particular con grandes beneficios.
A lo largo del día, tu piel está expuesta a numerosos agentes. El calor o el sol, o por el contrario, la brisa fría; así como el polvo, algunos productos cosméticos, son factores que pueden afectarla.
Ya sea porque no consumes suficiente líquido o porque es su tendencia natural, si no se encuentra bien hidratada, puede perder sus propiedades como barrera protectora.
A su vez, todo esto lo hace más propensa a que se noten las huellas del paso del tiempo, mostrando signos de debilidad, arrugas, perdiendo firmeza y tersura, lo cual no es bueno desde el punto de vista de la salud ni de la estética.
En consecuencia, es necesario que hidrates bien tu piel, usando diversos productos con propiedades humectantes, para mantener los niveles adecuados de humedad. Y mientras más naturales sean, mejor.
Este jabón lucha contra la deshidratación, y sus propiedades antioxidantes nos mantienen frescos durante todo el día, con una sensación de limpieza muy agradable. El jabón casero de avena y miel se ha popularizado por su capacidad para humectar y revitalizar la piel, sobre todo cuando esta tiende a ser sensible y seca. Sus ingredientes principales, la avena y la miel son conocidos en la industria cosmética por sus beneficios para cuidar la piel.
Es importante cuidar la piel para que se tenga una hidratación adecuada y evitar alguna enfermedad derivada de esta causa.
El envejecimiento celular es inevitable, ya que con el paso del tiempo nos produce alteraciones fisiológicas y estructurales en nuestra piel.
Por lo cual se ha tomado en cuenta las propiedades antioxidantes, calmantes e hidratantes de la avena y la miel, para elaborar un jabón casero. Sus cualidades lo hacen ideal para aplicarlo sobre el rostro para hidratar la piel.
Si elaboramos un jabón a base de avena y miel, podremos suavizar e hidratar la piel.
Elaborar un jabón que sus componentes sean a base de avena y miel.
Hacer que el jabón pueda lograr humectación en la piel, olor agradable y nutrirla.
Hacer que el jabón pueda lograr humectación en la piel, olor agradable y nutrirla.
Se cree que el jabón se inventó hace unos tres mil años. Se han encontrado en la Mesopotamia tablillas de arcilla sumerias que mencionan la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y sal y sobre su uso medicinal.
Los fenicios lo fabricaban con aceite de oliva y carbonato de sodio obtenida a partir de las cenizas de la combustión de plantas halófitas (plantas que viven en las salinas) como la salicornia o la sal sola.
Recetas parecidas se seguirían utilizando en Siria. El jabón sirio, procedente de la ciudad de Alepo, antiguo territorio fenicio, se sigue fabricando hoy día con el mismo método tradicional y con aceite de oliva y aceite de laurel.
Los egipcios se frotaban con la mezcla obtenida del natrón (un carbonato de sodio mineral extraído de los lagos salados después de la evaporación del agua), tierra de batán (una arcilla poco elástica que tiene la propiedad de absorber las materias grasas) y altramuces remojados en agua de lluvia machacados.
Los germanos y los celtas utilizaban grasa de cabra y cenizas de abedul para fabricar sus jabones. El jabón era, según el historiador romano Plinio, un invento galo. Los galos fabricaban sus jabones con cenizas de haya y sebo o grasa de jabalí y lo usaban según Plinio para teñirse sus largas melenas de rubio o pelirrojo.
En el siglo III a.C. se fabricaba en Arabia un jabón mediante la cocción de una mezcla hecha con potasa, álcali proveniente de cenizas, aceite de sésamo y limón.
Hay quien asegura que los cruzados introdujeron en el siglo XI el jabón en Europa Central desde Alepo.
Los fenicios tuvieron tratos comerciales con Europa antes de los tiempos romanos, así que seguramente este tipo de jabón habría llegado mucho antes a las ciudades costeras como Nápoles, Marsella, Cartagena o Cádiz. Lo cierto es que en la Baja Edad Media no se utilizó mucho el jabón, y debido a la falta de higiene se originaron grandes epidemias que diezmaron a la población, como la peste negra del siglo XIV. La primera gran jabonería europea la construyeron los árabes a finales del siglo X en Al Ándalus, en Sevilla. En el valle del Guadalquivir, donde había grandes olivares y marismas, se obtenían las materias primas necesarias para fabricar un jabón que cuatro siglos más tarde se conocerían como jabón de Castilla. Aun así, en Andalucía se siguió llamando por el nombre árabe, almona, a las fábricas de jabón.
En 1575 se construyó una almona en la Ciudad de México. El jabón que se fabricaba en ella era el que usaban los mexicanos, hecho a partir del tequesquite, un mineral rico en sosa, y algunas plantas. En el siglo XVII se sabe de la existencia de una jabonería en Guayaquil que fabricaba jabón a partir de sebo de vacas y cenizas de yerba.
En este mismo siglo, en 1682, Luis XIV hizo guillotinar a tres fabricantes cuyos jabones le habían irritado la piel.
En 1791 el químico Nicolás Leblanc inventa un procedimiento para obtener carbonato de sodio a partir de la sal marina, lo que simplificaba y abarataba el proceso de obtención de la sosa.
En 1823, Eugene Chevreul demuestra que las grasas están formadas por una combinación de glicerol y ácidos grasos (oleico, margárico y esteárico) y explica así químicamente la reacción de la saponificación descubierta por los sumerios.
Hoy existen jabones para todos los gustos, de todas las calidades y para todos los bolsillos, jabones con aceites y cremas hidratantes, jabones perfumados, jabones inodoros, sólidos, con textura de gel o de crema, y hasta las grandes marcas de la cosmética y de perfumería hacen sus lanzamientos de perfume acompañándolos de una línea de baño con la misma fragancia.
La avena, ese cereal que suele estar presente en nuestra despensa, no solo es un alimento sano, sabroso y rico en proteínas, sino que, además, sus exclusivos compuestos naturales, las avenantramidas, hacen maravillas en nuestra piel. La avena posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, calma irritaciones y alivia el picor de la dermis.
La avena es un ingrediente que se ha venido usando para el cuidado personal desde tiempos muy remotos. Hay evidencias de que, en el año 2000 A.C., se empleaban en el Antiguo Egipto y la Península Arábiga baños de avena para tratar afecciones de la piel y quemaduras.
Este conocimiento ancestral sobre los beneficios y las propiedades de la avena para la piel ha sido transmitido de generación en generación, y se ha extendido por todos los países y todas las culturas a lo largo de los años. Pero ¿cuáles son estas propiedades que hacen que la avena sea tan beneficiosa para la piel?
La avena posee propiedades hidratantes y emolientes.
Su acción ayuda a mejorar el aspecto de la piel y aporta un conjunto de antioxidantes naturales que detiene el deterioro prematuro. También es recomendada para calmar manifestaciones de la piel como prurito, sarpullido u otras reacciones.
Algunos de los beneficios de la avena:
Esta dulce sustancia producida por las abejas forma parte del mundo cosmético desde la antigüedad. De hecho, era la sustancia preferida de las mujeres egipcias para dejar sus rostros más tersos y jóvenes. Su fama se debe a que contiene azúcares, proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales, que le otorgan una gran versatilidad en la industria de la salud y la belleza.
La miel tiene un poder increíble para cuidar y embellecer tu piel gracias a sus vitaminas y propiedades.
Todos hemos oído hablar de sus excelentes propiedades medicinales, pero la mayoría de las personas aún no saben cómo usarlo como un producto de belleza natural y todos los beneficios para la piel que la miel tiene para brindar. Así que a continuación te contamos todo lo que debes saber:
La miel contiene todo el poder de las flores. Está llena de agua floral que cuenta con numerosas sales minerales, aminoácidos y vitaminas A, B y C. También es fructosa y rica en glucosa (alrededor del 80%), ambos azúcares que aprovechan el agua en las capas superiores de nuestra piel. ¿El resultado? Piel resplandeciente e hidratada. La miel cuenta con una gran cantidad de otras propiedades: antioxidante, antiséptico, curativo (funciona maravillas en la piel propensa al acné), hidratante, nutritivo, calmante – perfecto para la piel seca, sensible – tonificante y revitalizante.
El propóleo es recogido por las abejas mientras zumban alrededor de los brotes de los árboles. Este oro líquido contiene más de 300 componentes beneficiosos para la piel, lo cual lo convierte en un excelente multiusos que limpia y purifica profundamente la piel, protegiéndola de los elementos (invierno, contaminación, calor, humo). Además, los componentes del propóleo también nos protegen de los rayos UV.
El polen tiene increíbles compuestos nutricionales, incluyendo vitaminas y minerales que previenen líneas de expresión y arrugas. El polen tonifica y reafirma la piel, suaviza las arrugas, retrasa el envejecimiento celular y estimula la regeneración celular. También retiene el agua en sus células, lo que significa que mantiene nuestra piel hidratada al máximo.
Algunos datos sobre la miel:
Se remonta a más de 4000 años.
Mezclada con otras preparaciones de hierbas, la miel realza el valor medicinal de los productos.
La miel no se echa a perder. Si se almacena bien, puede durar más allá de su fecha de caducidad.
Es un sustituto natural y más saludable para el azúcar regular.
Un impulsor de energía instantáneo, atletas y fanáticos del ejercicio físico a menudo confían en la miel para mejorar los niveles de resistencia
Es una rica fuente de antioxidantes y flavonoides que son beneficiosos para la salud.
Sus potentes propiedades antibacterianas ayudan a mantener a raya las infecciones bacterianas y por hongos.
No sería incorrecto decir que la miel es la respuesta natural a sus problemas de salud.
Usar miel para la piel siempre es una buena idea. Mezclado con ingredientes naturales, que se encuentran en su cocina, lo convierte en un tratamiento de belleza eficaz y económica. Aplicar miel con regularidad en su piel puede darle resultados más allá de su imaginación y puede llegar a proporcionarle una piel saludable, joven y brillante.
Conforme a las investigaciones realizadas, se elaborará jabón de avena y miel a partir de materiales naturales.
Materiales
Procedimiento
1.- El primer paso es ocupar el recipiente para hervir el agua e ir agregando poco a poco media taza de manteca con la sosa caustica.
2.- Posteriormente lo retiramos del fuego y se añade la glicerina, el jabón líquido, avena y miel.
3.-Una vez que ya este todo mezclado dejamos reposar 20 minutos.
4.-Se vierte la mezcla en nuestro molde en el que se dejara reposar durante 8 horas para que endurezca.
Se logró elaborar el jabón de avena y miel a partir de los materiales caseros, el cual quedo con la consistencia deseada y olor.
Al lavarnos la cara se pudo apreciar que deja una sensación suave en la piel.
Se pudo realizar el jabón casero a través de miel y avena, con este experimento se ha aprendido que son beneficiosos los ingredientes naturales por su aporte en vitaminas y minerales.
El jabón asegura un eficaz poder humectante, antiséptico y ayuda a la cicatrización.
Editorial. (2020a, marzo 16). Historia de los jabones y. . . Botánica-online. http://www.botanical-online.com/monografias/antecedenteshistoricosjabonesdetergentes.htm
Editorial. (2020b, marzo 16). Historia de los jabones y. . . Botanical-online. http://www.botanical-online.com/monografias/antecedenteshistoricosjabonesdetergentes.htm
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Life, A. T. (2023, 2 junio). EL ORIGEN DEL JABÓN y SU EVOLUCIÓN a LO LARGO DE LA HISTORIA. ASHES TO LIFE. https://www.ashestolife.es/el-origen-del-jabon/