Los osos polares son una de las especies más emblemáticas del planeta, pero se enfrentan a un futuro sombrío debido al cambio climático. Estos magníficos animales se han adaptado a la vida en el Ártico y dependen del hielo marino para cazar y viajar. Sin embargo, a medida que las temperaturas globales continúan aumentando, el hielo marino se derrite rápidamente y los osos polares están perdiendo sus hábitats y fuentes de alimento.
Los osos polares, que prosperan en condiciones árticas extremas de hasta -45 grados Celsius, han intrigado a los científicos desde la década de los años cuarenta. Su pelaje es una adaptación clave que les permite mantenerse calientes . Se ha descubierto que muchos animales polares, incluyendo los osos polares, utilizan la luz solar para regular su temperatura. A diferencia de la creencia común de que el aislamiento es la única forma de mantener el calor.
Su increíble mecanismo y diseño de adaptación es tan fascinante que incluso en la industria textil se están desarrollando tecnologías basadas en el diseño de la piel del oso polar para la fabricación de prendas térmicas, ligeras y sustentables; el pelaje del oso polar actúa como una fibra óptica natural, conduciendo la luz solar a la piel del oso, que la absorbe y se calienta. Además, el pelaje evita que la piel irradiada pierda este calor, actuando como una manta auto-calentable.
Los científicos chinos también se inspiraron en la piel del oso polar para crear una fibra sintética que imita su estructura. Uno de los mejores aislantes térmicos de la naturaleza. La fibra, hecha de un material ligero llamado aerogel, se puede tejer en suéteres que ofrecen más calidez que una chaqueta de plumas.
Polar bears are one of the most iconic species on the planet, but they face a bleak future due to climate change. These magnificent animals have adapted to life in the Arctic and rely on sea ice for hunting and traveling. However, as global temperatures continue to rise, sea ice is melting rapidly, and polar bears are losing their habitats and food sources.
Polar bears, which thrive in extreme Arctic conditions of up to -45 degrees Celsius, have intrigued scientists since the 1940s. Their fur is a key adaptation that helps them stay warm. It has been discovered that many polar animals, including polar bears, use sunlight to regulate their body temperature. This challenges the common belief that insulation is the only way to retain heat.
The polar bear’s fur acts as a natural optical fiber, channeling sunlight to the bear’s skin, where it is absorbed and warms the animal. Additionally, the fur prevents the radiated heat from escaping the skin, functioning like a self-heating blanket.
Chinese scientists were also inspired by the polar bear’s skin to create a synthetic fiber that mimics its structure. It is one of nature’s best thermal insulators. The fiber, made from a lightweight material called aerogel, can be woven into sweaters that provide more warmth than a down jacket.
“Ixquich in tlatlahtōlli ipan tepetl ilhuicatl, in chīchīltik, meztli in chīchīltik, yahuā ni tlatlahtōlli nēchīz in | |
chīchīltik, in huehuecōyōtl. | 2008, in īxiptla polár, cuīca in aōnānīlīlōtlāz in Tlāltikpak, nānān mīxtli in |
Tlazohcamālli in nānān nēchīcoāz
Muchas áreas del Ártico tienen un fuerte manejo y monitoreo de los osos polares. Pero existen algunos lugares donde la caza no sostenible parece estarse llevando a cabo, incluyendo la caza ilegal y no declarada. Para los osos polares, las propiedades aislantes del pelo inferior se complementan también con las características especiales del pelo protector. Son translúcidos, lo que permite que la energía solar pase y caliente la piel directamente, y tienen núcleos huecos con cámaras que absorben y retienen el calor.
Queremos saber cómo está diseñada la piel de los osos polares para ayudarlos a mantenerse calientes al soportar temperaturas extremas.
Los osos polares están en peligro de extinción por la pérdida de su hábitat, el hielo marino, lo cual amenaza su supervivencia. Conocer sus características es primordial para entender la importancia de estos seres en el ecosistema.
La piel de los osos polares, aunque es una adaptación clave para la supervivencia en el Ártico, podría estar volviéndose un factor desfavorable a medida que el cambio climático provoca la pérdida de su hábitat natural, lo que contribuye al riesgo de extinción de la especie.
Identificar las características de la piel de los osos y saber por qué están en peligro de extinción.
El oso polar pudiera enseñar mucho al hombre sobre el aprovechamiento de la energía solar. Tras un importante descubrimiento relacionado con los animales árticos de piel blanca, a mediados de los años setenta el físico Richard E. Grojean se interesó en este tema.
Al tratar de hacer el cómputo de la población animal de Canadá, se vio que a estos animales no se les podía sacar fotos aéreas con el sistema convencional, pues debido a su color no se distinguen del blanco paisaje que les rodea. La película infrarroja, normalmente ideal para fotografiar animales de sangre caliente, tampoco dio resultado, pues estos animales cuentan con tal aislamiento térmico que no irradian suficiente calor. Sin embargo, al utilizar película ultravioleta, las focas blancas y los osos polares aparecieron de color negro, con una silueta bien diferenciada sobre el fondo blanco. “Aunque la nieve reflejaba los rayos ultravioletas, los animales los absorbían”, informa el periódico The Toronto Star.
¿Por qué? Según el físico Grojean y Gregory Kowalski, profesor adjunto de ingeniería mecánica, la respuesta está en el manto del oso. Su pelo absorbe el 90% de la luz ultravioleta (que se encuentra en la parte invisible del espectro luminoso) y la transmite a la negra piel que tiene debajo, calentando así al oso. En el Ártico, donde las temperaturas suelen descender hasta los 30 °C bajo cero, esta capacidad que tiene el manto de mantener caliente a su dueño es extraordinaria. En contraste, los colectores solares corrientes que se instalan en los tejados de las casas son mucho menos eficaces. De hecho, el señor Kowalski calcula que las placas solares podrían resultar un 50% más eficaces si se aplicasen los mismos principios que concurren en el caso del manto del oso polar.
Según estimaciones, la población mundial de osos polares oscila entre 22,000 y 31,000 individuos. Sin embargo, estudios recientes indican que el número de osos polares se ha reducido en al menos un 30% en los últimos 45 años.
El calentamiento global ha provocado una disminución significativa del hielo marino en el Ártico, que es esencial para la caza y reproducción de los osos polares. Se estima que el hielo se derrite hasta tres semanas antes que en la década de 1970, obligando a los osos a retirarse a tierra firme sin haber acumulado suficientes reservas de grasa. Esto afecta su capacidad de reproducción y supervivencia.
Incidentes recientes:
En 2019, se registró una invasión masiva de osos polares en el archipiélago ruso de Nueva Zembla, donde decenas de osos intentaron ingresar a áreas habitadas en busca de alimento, debido a la escasez de su presa principal, las focas.
Esfuerzos de conservación:
El Día Internacional del Oso Polar, celebrado cada 27 de febrero, busca aumentar la conciencia sobre los desafíos que enfrenta esta especie y promover acciones para mitigar el cambio climático y proteger su hábitat.
En resumen, el oso polar enfrenta una amenaza inminente de extinción debido al cambio climático y la pérdida de su hábitat natural. Es crucial implementar medidas de conservación urgentes para salvaguardar su futuro.
Para la realización del proyecto se utilizó la metodología de investigación documental, que consistió en la visita a bibliotecas, así como la búsqueda en fuentes digitales.
El oso polar (Ursus maritimus) es un mamífero marino que depende enormemente del hielo, principalmente para alimentarse y así cubrir sus necesidades energéticas. Su gran tamaño, que en edad adulta puede llegar a superar los 2,5 metros con un peso de casi 700 kilos, sirve para albergar una gruesa capa de grasa que protege del frío y sirve como reserva en sus travesías para obtener alimento.
Los osos polares viven en uno de los ambientes más fríos del planeta y dependen de una gruesa capa de piel aislaste que cubre a su vez la capa de grasa que les mantiene calientes. Esta piel crece incluso en la parte inferior de sus patas, lo que les protege contra las superficies frías de hielo a la vez que le proporcionan un buen agarre. Su blanco pelaje también actúa como un perfecto camuflaje en la nieve y el hielo circundantes ocultándoles ante sus presas. Bajo su tupido manto de pelo blanco, un eficaz aislante del frío, tiene una gruesa capa de piel negra que atrae y mantiene mejor la radiación solar, que contribuye a mantener el calor del cuerpo.
El pelo del animal está formado por queratina transparente y clara, que no contiene pigmentos. Tiene núcleos huecos y estructurados con centros de dispersión relativamente grandes.
La luz entra en la fibra del pelo a través de un proceso de dispersión durante una corta distancia. Poco después, la luz sale del pelo mediante un proceso de dispersión posterior. La misma luz entra en el pelo vecino y así sucesivamente hasta que la luz se disipa en calor o es absorbida por la piel negra del oso. (Anexo 1.)
¿Cómo utiliza el oso polar su pelaje para adaptarse a su entorno?
El oso polar tiene pelaje blanco para que pueda camuflarse en su entorno. Su pelaje está tan bien adaptado para los ambientes árticos que a veces puede confundirse con un montón de nieve. Curiosamente el pelaje del oso polar no tiene pigmento blanco; de hecho, la piel de un oso polar es negra y sus pelos son huecos. Tienen una capa gruesa de grasa corporal que lo mantiene caliente mientras nada, y un pelaje de doble capa que lo protege del aire frio del Ártico.
Al oso polar le gusta mantenerse limpio porque ayuda a las propiedades aislantes de su pelaje. La piel sucia, enmarañada y mojada no funciona tan bien como aislante. Después de alimentarse, el oso polar normalmente se baña nadando o rodando en la nieve.
Otra característica importante en pelaje de los osos polares es que contiene un sebo natural que lo recubre, el cual está compuesto de una mezcla de colesterol, diacilglicéridos y ácidos grasos. Este conjunto específico de compuestos permite que el pelaje sea extremadamente resistente a la adherencia del hielo.
Este hallazgo llama la atención no solo de biólogos, sino también de ingenieros y científicos de materiales.
La piel de los osos polares, aunque ha sido una adaptación esencial para sobrevivir en su entorno, podría no ser suficiente para protegerlos a medida que el cambio climático transforma ese entorno. La combinación de la pérdida de su hábitat de hielo marino, el riesgo de sobrecalentamiento y la incapacidad de adaptarse rápidamente a cambios ambientales tan drásticos pone en peligro a la especie. Este desajuste entre sus adaptaciones evolutivas y el cambio rápido del clima podría contribuir significativamente al riesgo de extinción de los osos polares.
En resumen, la conservación del oso polar requiere un enfoque integral que incluya desde políticas internacionales contra el cambio climático hasta esfuerzos locales para preservar su hábitat natural. La acción urgente y coordinada es crucial para evitar que el oso polar se enfrente a la extinción.
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