Las ciudades generan grandes cantidades de basura, pero la falta de separación de residuos impide su reciclaje y aprovechamiento, contribuyendo a la contaminación. Los desechos orgánicos, que podrían convertirse en abono, terminan mezclados con plásticos y otros materiales, perdiendo su utilidad y saturando los rellenos sanitarios.
Para abordar este problema, el proyecto propone la creación de un jardín de lombrices, donde los residuos orgánicos sean transformados en composta humus de lombriz, un fertilizante natural que mejora la calidad del suelo. Además, se promoverá la separación de basura, los huertos caseros y la producción de humus en los hogares, fomentando la autosuficiencia alimentaria y la reducción de desperdicios.
Este modelo permite dar un uso productivo a los residuos, disminuir la cantidad de basura generada y fortalecer la cultura del reciclaje y la sustentabilidad. La implementación del proyecto en comunidades, hogares y escuelas no solo contribuye al cuidado del medio ambiente, sino que también educa sobre la importancia del manejo responsable de los residuos y el aprovechamiento de los recursos naturales.
Cities generate large amounts of waste, but the lack of waste separation prevents recycling and reuse, contributing to pollution. Organic waste, which could be turned into compost, ends up mixed with plastics and other materials, losing its usefulness and overloading landfills.
To address this problem, the project proposes the creation of a worm garden, where organic waste is transformed into worm humus compost, a natural fertilizer that improves soil quality. Additionally, waste separation, home gardens, and humus production at home will be promoted, encouraging food self-sufficiency and waste reduction.
This model allows for the productive use of waste, reduces the amount of garbage generated, and strengthens the culture of recycling and sustainability. Implementing the project in communities, homes, and schools not only contributes to environmental care but also educates people about the importance of responsible waste management and the efficient use of natural resources.
Altepemej mochīhua īpan occequin michīhuān tlālli, īhuān in tēicniuhcāyōtl tlātēicnihuān zan occequin tlālli tlaxtlahuilli mochīhua īpan in tlahtzotzona.
In tlālli tlazohcāmactli, in yehuantin mochīhua cecencāyōtl atlapechtli, tlapopolhuia īpan occequin āmo tlālli tēicniuhcāyōtl īhuān mochīhua in āmo tlahtzotzona īpan in tēicniuhcāyōtl.
Para niman ītechpa, in mochīhua huehuey cuīcatl tlahtoa īpan in chīchicaztli tlālli, īhuān in tlālli tlazohcāmactli mochīhua in chīchicaztli tlālli, in yehuantin mochīhua in tlazohcāmactli huītz in āhuāyacatl huācalli.
Niman īpan in īmohcuīca, in altepemej, callīhuan īhuān calmecac, yehuantin īhuītzca in tlahtzotzona īhuān in tlahtlāhuiliztli in tlālli tlazohcāmactli, in yehuantin tlālli tlahtlāhuiliztli in cecencāyōtl.
La gestión adecuada de los residuos orgánicos es una de las grandes necesidades ambientales de las ciudades modernas, donde el aumento de la población y el consumo genera cantidades significativas de desechos que, si no se manejan correctamente, contribuyen a la contaminación del aire, agua y suelo. Entre los residuos orgánicos, se incluyen aquellos provenientes de restos de alimentos, cáscaras de frutas, hojas, y otros materiales biodegradables, que si no se gestionan adecuadamente, generan efectos adversos como la emisión de gases de efecto invernadero, como el metano, y la contaminación de cuerpos de agua. Frente a este panorama, el compostaje, y especialmente la lombricultura, emerge como una alternativa eficiente para la transformación de estos residuos en productos valiosos, como abono orgánico, que pueden mejorar la calidad del suelo y reducir la necesidad de fertilizantes químicos. En este contexto, el presente proyecto tiene como objetivo la implementación de un sistema de lombricompostaje por niveles, que permita procesar los desechos orgánicos generados en la comunidad para producir humus de alta calidad, al mismo tiempo que contribuye al cuidado del medio ambiente y promueve la educación ambiental en la comunidad. A través de este proceso, se busca reducir el volumen de residuos enviados a vertederos, mitigar el impacto ambiental de la descomposición anaeróbica y aprovechar los beneficios ecológicos y económicos del compostaje.
La gestión adecuada de los desechos orgánicos es esencial para mitigar el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida en las ciudades. Implementar soluciones sostenibles permitiría reducir las emisiones de metano, contribuyendo a la lucha contra el calentamiento global. Asimismo, la recuperación y aprovechamiento de los nutrientes presentes en los residuos orgánicos puede transformarse en una oportunidad económica y ecológica, mediante la generación de energías renovables o la producción de fertilizantes naturales. Además, una correcta gestión ayudaría a prevenir la contaminación del agua y del suelo, protegería la biodiversidad y reduciría los riesgos asociados a las plagas y enfermedades. Por lo tanto, abordar este problema es fundamental para avanzar hacia un desarrollo urbano más resiliente y sostenible, mejorando las condiciones ambientales y sociales de las ciudades.
Las ciudades, responsables del 70% de los desechos globales y del consumo del 80% de la energía mundial, enfrentan un grave problema debido a la gestión inadecuada de los desechos orgánicos. La acumulación y descomposición de estos residuos en vertederos o en condiciones anaeróbicas genera metano, un gas de efecto invernadero que contribuye significativamente al calentamiento global. Además, los lixiviados contaminan el agua y el suelo, deteriorando la calidad de los recursos naturales y las tierras de cultivo. Este manejo deficiente también provoca malos olores, la proliferación de plagas y la pérdida de nutrientes valiosos que podrían utilizarse en la generación de energía renovable o como fertilizantes. Estas condiciones no solo representan un riesgo ambiental, sino también un desafío para la salud pública y la sostenibilidad urbana. (1)
Al implementar un sistema de lombricompostaje por niveles para el tratamiento de los desechos orgánicos crudos, se busca lograr una reducción significativa de residuos orgánicos enviados a rellenos sanitarios, a su vez generar composta de alta calidad y promoverá el cuidado del medio ambiente.
Este proyecto permitirá evaluar la eficiencia del lombricompostaje como una alternativa viable para la valorización de los desechos orgánicos, contribuyendo así a mitigar el impacto ambiental asociado a la descomposición anaeróbica de estos residuos en vertederos, que genera metano y lixiviados contaminantes. Además, a través de un seguimiento sistemático, se podrá determinar la tasa de conversión de residuos en humus y la calidad del fertilizante.
Reducir la cantidad de basura orgánica generada en la comunidad mediante la implementación de un jardín de lombrices que transforme estos residuos en composta de alta calidad, destinada a nutrir huertos urbanos en escuelas, hogares y espacios públicos, promoviendo la autosuficiencia alimentaria y el cuidado del medio ambiente.
Los residuos orgánicos, también llamados residuos biodegradables, son materiales de origen natural o biológico que tienen la capacidad de descomponerse de forma natural gracias a la acción de microorganismos como bacterias y hongos. Estos residuos provienen principalmente de fuentes vegetales y animales, como restos de comida, cáscaras de frutas y verduras, recortes de césped, hojas, ramas, papel, cartón y otros materiales similares. Al ser biodegradables, estos desechos pueden ser transformados en abono o compost, lo que permite su reintegración al ciclo natural y contribuye a la reducción de residuos en los vertederos. (2)
De acuerdo con el Plan de Desarrollo del Estado de México 2023-2029, de las más de 26 mil toneladas de residuos generadas diariamente por las entidades del Estado de México, Ciudad de México e Hidalgo, el 63% se dispone en rellenos sanitarios, el 10% en tiraderos a cielo abierto, el 7% en sitios controlados y el 2% en lugares foráneos. Esta situación representa un impacto considerable en el medio ambiente y un riesgo significativo para la salud pública.
El plan destaca que únicamente el 11% del total de residuos generados son reciclados, tratados o acopiados de manera adecuada, mientras que el 5% se somete a otros métodos de manejo.
Asimismo, en 2020, el Estado de México contaba con 2,175 vehículos recolectores de residuos, lo que lo posiciona como la segunda entidad con mayor cantidad de unidades. No obstante, esta cifra resulta insuficiente en relación con el número de habitantes de la entidad y el volumen de residuos que recibe de otros estados.
Por otra parte, solo cuatro de los 125 municipios mexiquenses canalizan sus residuos a plantas que realizan algún tipo de tratamiento, como separación, compostaje o digestión anaeróbica. Cabe destacar que, hasta 2021, ningún municipio había implementado un sistema de control de biogás para el aprovechamiento energético derivado de los residuos. (3)
El compostaje es un proceso que imita la degradación natural de la materia orgánica en ecosistemas como bosques, desiertos y selvas, donde los restos orgánicos caen al suelo y son descompuestos por microorganismos. Estos organismos transforman los compuestos orgánicos en minerales y moléculas más simples, estabilizando la materia original y facilitando su absorción por las plantas o su almacenamiento para un uso futuro.
A diferencia de la degradación natural, el compostaje optimiza y acelera este proceso al controlar factores como la humedad, el oxígeno, la temperatura y el volumen de material. De este modo, se reduce significativamente el tiempo de descomposición, permitiendo procesar grandes cantidades de residuos orgánicos en menos espacio y garantizando un compost de mayor calidad. (4)
La lombricultura es una actividad agropecuaria que consiste en la crianza controlada de lombrices con el propósito principal de producir humus de lombriz, un abono completamente orgánico de alta calidad. Además, permite la reproducción de lombrices en grandes cantidades, generando lo que se conoce como pie de cría o biomasa de lombrices, una fuente valiosa de proteína.
Este proceso tiene un enfoque ecológico, ya que promueve el reciclaje de diversos sustratos, como excretas bovinas, residuos orgánicos y desechos industriales. También posee un enfoque tecnológico, debido a los fenómenos microbiológicos y bioquímicos que ocurren durante la fermentación de los materiales orgánicos utilizados en la alimentación de las lombrices.
Gracias a su capacidad de transformar residuos en fertilizante de manera eficiente, la lombricultura representa una solución racional, económica y sostenible para el manejo de desechos y la mejora de la calidad del suelo. (5)
Característica | Valor |
Nitrógeno total | de 1 a 4% base seca |
Materia orgánica | de 20 a 50% base seca |
Relación C/N | ≤ 20 |
Humedad | De 20 a 40% sobre materia húmeda |
pH | De 5,5 a 8,5 |
Densidad aparente sobre materia seca (peso volumétrico) | 0,4 a 0,9 g/ml |
Materiales adicionados | Ausente |
El humus de lombriz se envasa en costales de polietileno y puede conservarse durante largos periodos sin alterar sus propiedades, siempre que se almacene en condiciones óptimas. Para ello, es fundamental mantener una humedad inferior al 30%, en un espacio cerrado, fresco y oscuro, protegido de la luz solar, el viento y la lluvia. Además, es recomendable etiquetar los costales para llevar un control del tiempo de almacenamiento.
En el proceso de producción, se deben evitar estiércoles de animales recientemente desparasitados y residuos de animales domésticos como perros y gatos. Se recomienda trabajar en un lugar con acceso a agua no clorada y utilizar insumos y materiales disponibles localmente. Es fundamental garantizar la calidad de las lombrices y asegurarse de que pertenecen a la variedad adecuada para la producción de humus.
Si es posible seleccionar la alimentación de las lombrices, es importante considerar que los residuos vegetales tardan entre 30 y 60 días en descomponerse, mientras que los residuos de origen animal requieren entre 15 y 30 días. Además, la temperatura del lecho donde se encuentran las lombrices debe mantenerse entre 16 y 22°C, ya que temperaturas fuera de este rango pueden afectar su metabolismo. Finalmente, la experiencia y la práctica permitirán perfeccionar el manejo de las unidades de producción, optimizando la calidad y el rendimiento del humus de lombriz. (6)
En México, la normativa relacionada con el compostaje se encuentra principalmente en el marco legal de la gestión de residuos orgánicos y el fomento de prácticas ambientales sostenibles. A continuación, se presentan las disposiciones legales más relevantes
Esta ley establece los principios para la gestión y el manejo adecuado de los residuos en México, incluyendo los residuos orgánicos utilizados en compostaje.
Diversas Normas Oficiales Mexicanas regulan la calidad del compost y los procesos relacionados con su producción y uso:
Esta legislación establece los lineamientos para la conservación de los recursos naturales y la reducción de la contaminación ambiental.
Cada estado y municipio puede contar con normativas específicas sobre el manejo de residuos orgánicos y el compostaje:
En diversas localidades del país, se han desarrollado iniciativas para promover el compostaje, tales como:
Este marco normativo busca incentivar la reducción de residuos orgánicos mediante el compostaje, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental y la optimización de la gestión de residuos en el país. (7)
Materiales
3 cubetas de plástico con tapa (mínimo de 15-20 litros)
1 válvula para la cubeta recolectora de lixiviados
Manta de cielo (para filtrar residuos sólidos)
Bridas plásticas (cinchos) para sujetar la malla
Cinta negra para bloquear la luz
Tierra o fibra de coco (base para las lombrices)
Lombrices rojas californianas
Residuos orgánicos crudos (cáscaras de frutas y verduras, restos de hojas, etc.)
Herramientas
Tijeras o cutter (para cortar la malla y la cinta)
Guantes de trabajo
1 taladro eléctrico
1 broca de 9.5 mm
Método
Una vez montado el jardín de lombrices, se elaboraron carteles informativos para explicar su funcionamiento y el cuidado adecuado del sistema. Durante el proceso, la alimentación de las lombrices se realizó de manera controlada, cortando los residuos orgánicos en pequeños trozos antes de agregarlos. Además, se llevó un registro diario en una tabla, anotando el día, la cantidad de comida agregada, el agua suministrada y la temperatura medida en el sistema. Esto permitió monitorear el ambiente interno del lombricompostero y garantizar condiciones óptimas para la descomposición de los residuos y la producción de humus de lombriz.
La materia orgánica agregada fueron restos de: plátano, cebolla, tomate, espinaca, melón, ciruela, piña, sandía, lechuga, pimiento, papaya y manzana.
Semana | Lombriz (con tierra) | Residuos orgánicos crudos | Agua | Temperatura |
1 | 8,2 Kg | 600 gr | 250 ml | 22.5 °C |
2 | – | 975 gr | 250 ml | 22 °C |
3 | – | 680 gr | 250 ml | 23 °C |
4 | – | 850 gr | 250 ml | 22.3 °C |
5 | – | 890 gr | 250 ml | 22.1 °C |
A lo largo de cinco semanas, se observó un proceso constante de descomposición de los residuos orgánicos, con una producción progresiva de lixiviado y humus de lombriz. El monitoreo de temperatura mostró que el sistema se mantuvo dentro del rango óptimo para la actividad de las lombrices (entre 22°C y 23°C).
El peso de los residuos orgánicos agregó variaciones semanales debido a la disponibilidad y tipo de material ingresado. Se mantuvo una hidratación constante con la adición de 250 ml de agua por semana, lo que ayudó a conservar la humedad adecuada sin provocar excesos que pudieran afectar el proceso.
El humus generado mostró una textura uniforme y oscura, indicando un buen nivel de descomposición. Además, el lixiviado recolectado en la cubeta inferior fue de buena calidad, lo que sugiere que los residuos fueron procesados eficientemente por las lombrices. La implementación de carteles informativos facilitó la comprensión del proceso por parte de la comunidad, permitiendo que el monitoreo se realizara de manera ordenada y efectiva.
La implementación de un sistema de lombricompostaje por niveles representa una solución efectiva y sostenible para la gestión de los desechos orgánicos, contribuyendo significativamente a la reducción de residuos que terminan en vertederos y la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero, como el metano. A través de este proceso, no solo se facilita la conversión de desechos en compost de alta calidad, sino que también se promueve la autosuficiencia alimentaria y se fomenta la conciencia ambiental en las comunidades, especialmente en el entorno escolar.
El tratamiento adecuado de los desechos orgánicos mediante lombricompostaje no solo mejora la calidad del suelo y reduce la contaminación, sino que también representa una opción viable para transformar residuos en recursos útiles, tales como fertilizantes naturales, que pueden beneficiar huertos urbanos y otros espacios de cultivo. Además, al involucrar a los estudiantes en el proceso, se fortalece la educación ambiental y se fomenta el compromiso con la sostenibilidad en la vida cotidiana.
El seguimiento y la evaluación constante del sistema de lombricompostaje permitirán obtener datos valiosos sobre su eficiencia y efectividad, lo que puede contribuir al perfeccionamiento de esta práctica y su expansión en otras comunidades. Por lo tanto, esta estrategia no solo responde a un desafío ambiental, sino que también ofrece una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas y avanzar hacia un modelo de desarrollo urbano más ecológico y responsable.