Evan Leonardo Flores Pérez[6° Coyote], Gabriel Ajoleza Tirado[6° Coyote]
Nos encanta la comida chatarra por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales que despiertan nuestro interés y satisfacen ciertas necesidades.
Desde el punto de vista biológico, los alimentos ricos en grasas, azúcares y sal activan los centros de recompensa en el cerebro, desencadenando sensaciones de placer y satisfacción. A nivel psicológico, la comida chatarra puede tener un efecto reconfortante y emocional.
La alimentación nos hace referencia a los hábitos y costumbres que vamos transmitiendo de generación en generación creando así un estilo de vida, el cual se mantiene en constante cambio y transformación debido a la innovación de productos y tipos de servicios, dando lugar a nuevos hábitos alimenticios que están estrechamente relacionados con la publicidad y el marketing que nos rodea, los cuales crean estrategias para estimular el deseo y generar una conexión emocional con los productos. Aunado a esto, la conveniencia y disponibilidad generalizada de la comida chatarra forman factores importantes al momento de tomar la decisión de consumir alimentos saludables o alimentos chatarra.
El sobrepeso y la obesidad en México y el mundo se han vuelto un problema creciente, que se ve directamente relacionado con el alto consumo de comida chatarra. Por ello es de vital importancia profundizar en las causas del por qué se consume de forma excesiva este tipo de alimentos.
Nos encontramos ante una problemática que no se puede abordar y contrarrestar solo en el área de la salud sino de forma multidisciplinaria. Informarnos es el primer paso.
Actualmente el 13% de la población mexicana come todos los días comida chatarra, es por ello que la gente está enfermando y muriendo. Por esta razón se busca saber por qué nos encanta la comida chatarra.
La comida chatarra se remonta a la década de 1950, cuando la industria alimentaria comenzó a producir alimentos procesados y envasados de manera masiva.
Uno de los primeros productos de comida chatarra fue el famoso “Twinkie”, un pastelito relleno de crema que se convirtió en un éxito instantáneo en Estados Unidos.
A partir de entonces, la industria de la comida chatarra no ha dejado de crecer, ofreciendo cada vez más opciones a los consumidores.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el consumo excesivo de alimentos chatarra es uno de los principales factores de sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles (ENT).
México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en adultos, de los cuales más del 50% acostumbran a comer alimentos chatarra varias veces por semana y el 13% todos los días.
Los puntos más importantes del sobrepeso y obesidad en el país son con respecto al alto consumo de alimentos ultra procesados, el etiquetado y el precio de los mismos.
Empezando con los alimentos ultra procesados, éstos se caracterizan por ser modificados en su contenido nutricional además de tener un alto contenido calórico de baja calidad y gran cantidad de aditivos, por otro lado, tenemos el etiquetado que ayuda a comparar la calidad de los alimentos del cual el 77% de las personas al leer las mismas han demostrado tener un mejor entendimiento de la marca y al 82% le ha facilitado poder hacer una comparación con las demás marcas.
¿Por qué nos atrae visualmente la comida chatarra?
Psicológicamente, la comida chatarra influye en como percibimos el gusto de acuerdo a los colores. Muchas veces los compradores eligen qué comprar basándose en el color. De hecho, según Color Marketing Group, una firma especializada en el uso de los colores, éstos equivalen a cerca del 85% de la razón por la que una persona elige un producto sobre otro. Además, el color tiene una gran importancia en el branding.
Este color induce a comer rápido. Se puede observar en muchas cadenas de comida rápida donde lo combinan con el color rojo. Si gracias al color amarillo los clientes comen más rápido, pueden querer comer más y además abrir paso a otros clientes dentro del local.
Este color atrae rápidamente la atención, evoca emociones fuertes e incrementa el apetito; también se asocia con la pasión, la intensidad y el amor. La visión del rojo, según algunos estudios, provoca la secreción de adrenalina, una sustancia química que acelera la respiración, el pulso y la presión sanguínea.
Es un color emocionalmente muy intenso y estimula diversos apetitos. Es provocativo y seductor.
Es un color muy adecuado para dirigir la atención hacia detalles que queramos destacar, aunque siempre conviene utilizarlo con precaución (el texto a tamaño pequeño con este color produce fatiga visual).
El carácter dinámico del rojo, es utilizado por restaurantes y cadenas de comida rápida para colorear sus estancias. El uso de este color hace que aumente la sensación de hambre y la estimulación. Además, facilita la rotación de las personas (todo lo contrario de lo que pasaría si utilizáramos un azul), lo cual hace que la gente permanezca menos tiempo en los restaurantes y aumente la rotación de las mesas.
Este color se incorpora como el llamado comer sano. Este color se asocia con ser saludable, fresco y en general, buen gusto.
Se sabe que el color azul suprime el apetito y reduce el hambre, por tanto, es un color poco apetecible en el marketing gastronómico, por lo menos de comida rápida. La razón es que este color es extremadamente pequeño en productos naturales, el color de algunas verduras y bayas, como la berenjena o arándanos, aunque no es un azul puro, sino un púrpura. Por eso, este color no se ve en marcas de comida rápida.
Por lo general, el color naranja estimula todos los sentidos, lo que, por supuesto, tiene mucho que ver con la experiencia de un restaurante.
Puede fomentar las ventas en todo tipo de áreas de comedor, incluyendo cafés, comedores, mientras estimula el apetito y la conversación. Si están rodeados por el color, los clientes comerán, hablarán y pasarán períodos de tiempo más prolongados, lo que resultará en gastar más dinero, ya que el naranja se asocia con un buen valor.
Los 10 alimentos chatarra más peligrosos para la salud son:
¿Cómo afecta la comida chatarra en México?
Consumir estos alimentos en exceso generan obesidad y enfermedades conexas como las no transmisibles (diabetes, hipercolesterolemia, cáncer, hipertensión, entre otras).
Es baja en valor nutrimental y alta en azúcares, grasas, sodio y aporte calórico.
Enfermedades causadas por consumir comida chatarra:
La diabetes, las enfermedades hipertensivas, las enfermedades cerebrovasculares y las enfermedades isquémicas del corazón estuvieron entre las principales causas de muerte en el país en 2013, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Diabetes: La diabetes es una enfermedad crónica (de larga duración) que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía.
Su cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos que come en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo. El páncreas produce una hormona llamada insulina, que actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía.
Hipertensión: Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos es demasiado alta (de 140/90 mmHg o más). Es un problema frecuente que puede ser grave si no se trata.
A veces no causa síntomas y la única forma de detectarla es monitoreando la presión arterial.
Cerebrovasculares: Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas veces, se denomina “ataque cerebral”.
Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.
Enfermedades isquémicas del corazón: Se refiere a las condiciones que implican el estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos, reduciendo u obstaculizando el flujo de sangre por las arterias a órganos y tejidos, pudiendo ocasionar un ataque al corazón, dolor de pecho (angina) o derrame cerebral.
La comida chatarra causa adicción
De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Florida, ingerir cotidianamente comida rica en calorías y grasas genera una adicción similar al que causan la cocaína y heroína. Su ingesta hace que el cerebro libere una sustancia llamada dopamina, la cual genera en el organismo una sensación de bienestar, placer y saciedad. Por ello cuando una persona esta estresada, enojada o ansiosa se le antoja este tipo de comida.
Para demostrarlo se realizó un experimento con ratas, a un grupo le dieron alimentos bajos en calorías y altos en nutrientes, mientras al otro lo alimentaron con tocino, salchicha y pastel. Este grupo desarrollo hábitos alimentarios compulsivos, obesidad y tolerancia al placer que les generaba la alimentación, así como la necesidad de comer cada vez más para desencadenar la misma sensación.
Pester power
En los últimos años la publicidad ha implementado nuevas estrategias para alcanzar sus objetivos, ejemplo de ello es la expansión del marketing manipulando la mente de los menores para favorecer la compra de productos. Esto se logra a partir de mensajes difundidos en internet, publicidad dentro de programas de televisión, películas, series y la utilización de personajes, celebridades e influencers para promocionar artículos y marcas.
El psicólogo James McNeal en su libro Children as Consumers of Comercial and Social Products explica como los niños son cada vez más importantes para las agencias de publicidad, no solo como futuros consumidores, sino también por su capacidad para llegar a sus padres a partir de técnicas de persuasión (voluntarias o no).
A este fenómeno se le ha denominado “El poder de la insistencia o Pester power”, definido como la molesta insistencia de los hijos que obliga a los padres a comprar cierto artículo pedido constantemente. Este proceso se ve reflejado principalmente en el mercado lúdico y alimentario, provocando un fuerte incremento en la venta de comida chatarra.
Este ciclo se puede explicar de la siguiente manera: Las estrategias de insistencia disminuyen la autoridad de los padres. Los padres son forzados a elegir entre ser “el padre malo” al decir no a la comida chatarra o ceder ante la insistencia de las demandas de los hijos.
Ante el creciente bombardeo de mensajes relacionados con el consumo de alimentos, en México se ha buscado enfrentar el marketing de la comida chatarra a partir de la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, mejor conocida como “Etiquetado frontal de alimentos y bebidas”, el cual tiene como objetivo advertir al consumidor de forma clara y veraz sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que presentan un riesgo para la salud cuando se consumen en exceso un alimento o bebida, así como prohibir que los envases contengan personajes infantiles, dibujos animados, celebridades o elementos interactivos que estén dirigidos a niños y niñas para incitar a consumir, comprar o elegir algún producto.
Nuevos hábitos alimenticios
De acuerdo a la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de mercados Agropecuarios, ABASTUR, el segmento de comida rápida destaca como el más grande en la industria de restaurantes en México, representando más del 40% de las ventas totales.
Esta estadística nos deja ver el cambio de hábitos de consumo de alimentos, lo cual se debe a la transformación del estilo de vida. Ahora los lugares que ofrecen comida rápida y/o con servicio a domicilio por medio de aplicaciones se volvieron una opción por su accesibilidad y rápida atención. Nos encontramos en un periodo en el cual los centros de trabajos y centros educativos se han vuelto demandantes, la hora de comida es reducida y la distancia entre estos y los lugares de consumo se han vuelto distantes. Es por ello que al paso del tiempo se busca simplificar esta actividad dejando en segundo plano la calidad de los alimentos.
Conocer por qué la gente prefiere la comida chatarra y no los alimentos saludables.
La sociedad debe conocer sobre este tema, debido a que el consumo de comida chatarra está ocasionando graves problemas a la salud.
Si las personas mejoran sus hábitos alimenticios, entonces habrá menos enfermedades crónicas.
Investigación Documental
Para la realización de este proyecto se realizó una investigación documental en diferentes fuentes como libros, revistas e información de internet.
Investigación de campo
Realizamos una encuesta a los alumnos de Centro Escolar “Zamá” para conocer el consumo de la comida chatarra.
Materiales
Encuesta
1.- ¿Con qué frecuencia consumes frutas y verduras
2.- ¿Cuántos días a la semana consumes comida chatarra (hamburguesas, hotdogs, refrescos, chicharrones, etc.)?
3.- ¿En tu casa consideran el plato del bien comer para preparar los alimentos?
4.- ¿Sabes cuáles son las consecuencias de consumir comida chatarra?
5.- ¿Qué alimentos llevas para consumir en el recreo?
6.- ¿Qué alimentos te gustan más los saludables o comida chatarra?
7.- ¿Revisas las etiquetas de los alimentos que compras?
8.- ¿Cuáles son las razones por las que consumes comida chatarra?
9.- ¿Si la comida chatarra fuera extremadamente cara la consumirías?
10.- ¿Cuántas horas a la semana haces ejercicio?
Haciendo un resumen de los principales resultados en las encuestas, se obtiene lo siguiente:
El 70% de los encuestados consume frutas y verduras.
El 65% de los encuestados consume comida chatarra de 1 a 2 días por semana.
Las ¾ partes de lo encuestados considera el plato del bien comer para preparar sus comidas.
El 100% de la población conoce las consecuencias de consumir comida chatarra lo cual nos indica un cierto desinterés por comer sano
La mayoría de los encuestados mencionan que no revisan las etiquetas de los productos de los alimentos que consume.
Aunque la comida chatarra incremente su precio, la población la sigue consumiendo.
Es muy bajo el porcentaje de personas que hacen ejercicio físico.
La encuesta nos da como resultado que la mayoría de las personas respondieron que prefieren la comida saludable, lo cual no necesariamente significa que se alimenten sanamente por factores como:
Indicadores de ello son los crecientes casos de obesidad, diabetes e hipertensión en la población, ocasionados por el consumo excesivo de comida chatarra.
El motivo principal por el cual nos encanta la comida chatarra es porque nos da un efecto placentero ya que ayuda a la producción de dopamina, la sustancia que nos brinda sensación de bienestar y saciedad.
Otro factor es que las marcas crean productos fáciles de consumir, de buen sabor y presentación agradable y están disponibles en todas partes.
Facultad de Comercio y Gestión. (26-05-23). Psicología de los colores: el color en la comida rápida. Grado en Marketing e investigación de mercados. https://gradomarketing.uma.es/?p=159
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Procuradurías Federal del Consumidor. (03-06-2018). Alimentos chatarra. Gobierno de México.
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We love junk food for a combination of biological, psychological and social factors that stimulate our interest and satisfy certain needs.
From a biological point of view, foods rich in fats, sugars and salt activate the reward centers in the brain, triggering feelings of pleasure and satisfaction. On a psychological level, junk food can have a comforting and emotional effect.
Food refers to the habits and customs that we transmit from generation to generation, thus creating a lifestyle, which remains in constant change and transformation due to the innovation of products and types of services, giving rise to new eating habits.
That are closely related to the advertising and marketing that surrounds us, which create strategies to stimulate desire and generate an emotional connection with products. In addition to this, the convenience and widespread availability of junk food form important factors when making the decision to consume healthy foods or junk foods.
Overweight and obesity in Mexico and the world have become a growing problem, which is directly related to the high consumption of junk food. For this reason, it is vitally important to delve into the causes of why this type of food is consumed excessively.
We are faced with a problem that cannot be addressed and counteracted only in the area of health but in a multidisciplinary way. Informing ourselves is the first step.
